La piedra pómez es una roca volcánica vesicular que suele ser lo suficientemente ligera como para flotar en el agua. Normalmente tiene una composición química similar a la riolita (o su contrapartida plutónica, el granito), aunque el magma de virtualmente cualquier composición puede formar a la piedra pómez. El término vesicular se refiere a la presencia de vesículas, o cavidades de forma irregular, las cuales producen una textura esponjosa o burbujeante y de muy baja densidad en rocas volcánicas.
El mármol es una roca metamórfica compacta formada a partir de rocas calizas que, sometidas a elevadas temperaturas y presiones, alcanzan un alto grado de cristalización. El componente básico del mármol es el carbonato cálcico, cuyo contenido supera el 90 por ciento; los demás componentes son los que dan gran variedad de colores en los mármoles y definen sus características físicas. Tras un proceso de pulido por abrasión el mármol alcanza alto nivel de brillo natural, es decir, sin ceras ni componentes químicos.
La magnetita es un mineral de hierro. Esta variedad de mineral cuenta con un magnetismo realmente fuerte gracias a que ha sufrido el fenómeno de ferromagnetismo. Esto quiere decir que los momentos magnéticos están acoplados en este mineral de manera importante. Gracias a su composición es la responsable de conseguir que la magnetita sea un imán.
Es un mineral del grupo de los sulfuros. Contiene aproximadamente 46,6% de hierro y 53,4% de azufre, tiene una tenacidad frágil. Se presenta en yacimientos de desplazamiento hidrotermales de baja temperatura, como concreciones en sedimentos. Se origina a bajas temperaturas en entornos muy ácidos, tanto en yacimientos sedimentarios como hidrotermales.
Las serpentinas constituyen un grupo de minerales que se caracterizan por no presentarse en forma de cristales, excepto en el caso de pseudomorfismo. Son productos de alteración de ciertos silicatos magnésicos, especialmente olivino, piroxenos y anfíboles. Existen tres formas polimorfas que cristalizan en el sistema monoclínico: la lizardita, la antigorita y el crisotilo. Las dos últimas poseen, además, polimorfos ortorrómbicos.
La esfalerita es un mineral compuesto por sulfuro de zinc (ZnS) que anteriormente era conocida como blenda de cinc o blenda acaramelada. Es un mineral semiduro y pesado, perfectamente exfoliable y de fractura irregular a concoidea. Su color es variable según la especie, esto es, desde tonalidades amarillo-verdosas hasta pardo-rojizas pero con un denominador común, su ennegrecimiento en función de la proporción de hierro (sobretodo), manganeso o cadmio que contenga.
El talco es un mineral de color blanco a gris azul que en la escala de Mohs se toma como patrón de la menor dureza posible, asignándosele convencionalmente el valor. El tacto resulta tan grasiento, untoso o jabonoso que recuerda al jaboncillo de costurera y puede rayarse con la uña. De las cloritas microcristalinas se distingue por ser insoluble en ácidos, mientras que de la pirofilita hay que recurrir a rayos X o mediante su humectación con una disolución de nitrato de cobalto, ya que al calentarlo posteriormente se tornará violeta pálido, mientras que la pirofilita daría color azul.
DESCRIPCIÓN
La albura es de color blanco cremoso con pequeños matices de color marrón rojizo. El duramen varía desde marrón claro a marrón rojizo oscuro.
La Quinilla colorada es una madera muy pesada, que presenta contracciones lineales bajas y la contracción volumétrica es moderadamente estable. Para la resistencia mecánica se sitúa en el límite de la categoría alta.
La madera requiere de mayor esfuerzo para ser trabajada debido a la alta resistencia mecánica y dureza, presenta muy buena trabajabilidad en el cepillado, taladrado, torneado y moldurado.
Albura de color blanco rosáceo, con veteado suave en las caras tangenciales. Límites de anillos de crecimiento generalmente no marcados. Textura mediana, superficie poco lustrosa; madera seca sin olor o sabor distintivos.
La madera es de color café rosáceo claro a café rojizo, de superficie muy homogénea y sin veteado apreciable. La textura es de fina a mediana, la madera seca no tiene olor ni sabor característico.
Albura de color crema, duramen color caféanaranjado a café rojizo. Anillos de crecimiento no marcados, con aspecto fibroso atenuado; textura mediana, superficie con poco brillo, algo grasosa al tacto. La madera seca no presenta ningún olor característico.